El turismo de naturaleza es presencia, no un escape
Ir a otros lugares a través del senderismo y de los deportes de aventura implica viajar en simultáneo a dos destinos: uno al sitio que visitamos y otro dentro de nosotros mismos. En este artículo exploraremos cinco beneficios de realizar turismo de naturaleza a través de las reflexiones de personas que comparten por qué son viajeros y aventureros al aire libre.
#1 El enfoque de la experiencia es la esencia de estar vivos
¿Te ha pasado que escuchas a un amigo que acaba de volver de un fin de semana de senderismo o de actividades en la naturaleza, decir algo como “Volví recargado de energía” o “Alimenté mi espíritu en ese viaje”? Esas personas te dicen algo muy cierto; y es que cuando no tenemos las distracciones constantes a las que estamos expuestos en el ritmo de vida de las ciudades, nuestro enfoque se centra en el espacio en que nos encontramos y en nosotros mismos.
Rápidamente nuestros sentidos se van descongestionando y una alegría casi infantil retorna a nuestra mirada, que se maravilla con el juego de colores del ambiente… Volvemos a escuchar claramente los infinitos sonidos de la vida silvestre, los aromas nos envuelven y nuestro organismo se activa de forma espontánea fluyendo con el aire limpio que recibimos.
Las actividades al aire libre y más aún, aquellas que exigen un poco más de nuestro cuerpo, nos brindan una experiencia importante con nosotros mismos: las respuestas de nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestra respiración y nuestra conciencia no están filtradas y son orgánicas, sin la interferencia de nuestra mente y de un entorno saturado de información, se trata de estar en el presente y de ser auténticos.
#2Apreciación, paciencia y autoconocimiento
Cuando se emprende una aventura en la naturaleza, nos lanzamos también a un entorno desconocido,a veces lejano, sin saber lo que se nos espera, tal vez sea bueno, malo, o una combinación de ambos. Enfrentar las diferentes situaciones sociales, circunstancias y calamidades naturales con que podemos encontramos, nos enseña a ser más pacientes ante las incertidumbres y a apreciar la belleza del viaje que experimentamos.
Las experiencias que tenemos, los desafíos físicos, las dificultades que enfrentamos fuera de las zonas de confort, las soluciones que encontramos, los lugares que descubrimos, los recuerdos que compramos, las fotografías que tomamos; todos ellos reflejan un poco de nosotros mismos y de lo que hemos construido como individuos y como conjunto.
Todo lo que sea que obtenemos espontáneamente durante un viaje o en un paseo de aventura, permanece en nosotros durante mucho tiempo e incluso puede marcar nuestra historia.Los viajeros y aventureros crean una conexión personal con el destino y consigo mismos y es esta conexión personal la que les conduce a la autorreflexión y hacia una mejor comprensión de cómo seperciben las cosas desde diferentes realidades.Es sólo con vivencias intensas cuando podemos realmente experimentarla emoción y el desafío que conlleva desenvolvernos y reaccionar con lo que somos naturalmente y apreciar nuestra vida como nunca antes.
#3Los viajes a sitios naturales nos ayudan a afrontar el estrés y la ansiedad
Para nadie es un secreto que el aumento de los problemas de salud mental se ha convertido en la epidemia bandera del siglo XXI. El creciente uso de dispositivos digitales, la sobredosis de información y altos niveles de publicidad, son sólo algunos de los principales factores que han desencadenado una sociedad dominada por el estrés y ansiedad. Y es en este panorama donde tomarnos un tiempo para explorarnos a nosotros mismos se vuelve vital, no sólo un placer, a veces un rescate, una medicina.
El concepto de viajes en la naturaleza está emergiendo paralelamente al agobio de la hiperconectividad como una excelente alternativa para contrarrestar ese estrés digital. Se trata de darnos un tiempo para desconectarnos de esos medios de comunicación y reconectarnos con los ritmos vitales, con nuestra respiración, recordar cómo la dejamos fluir sin absorbemos en las tareas cotidianas habituales, sino teniendo un propósito más elevado, como nuestra paz interior, nuestro equilibrio mental, físico y emocional, el abonar nuestras relaciones más importantes o cualquier cosa que sea imposible de lograr sin el “tiempo para nosotros mismos y para los nuestros”.
#4 El contacto con los reinos de la naturaleza nos guía lejos del materialismo desmedido
Viajar y explorar montañas, ríos, lagos, desiertos y playas se trata más de experiencias y de vivencias con significado profundo, y menos de “cosas” superficiales. La voluntad de conocer esos parajes nos incentiva a ahorrar, a recortar gastos innecesarios en perfumes, relojes y carteras y, en su lugar, invertir en un viaje corto de fin de semana para terminar hablando con extraños que son dignos de conversaciones revitalizantes o para disfrutar del silencio.
Sin proponérselo, uno logra más armonía en sus pensamientos y desarrolla la atención plena, al mismo tiempo que se da cuenta de que la acumulación de cosas no es la respuesta al sentido de estar vivos. Tras empezar a conectarnos con nuestro cuerpo, con nuestra salud y con nuestra madre Tierra, nunca se vuelve hacia atrás, pues la alegría que esto nos promueve es mayor que la que podemos sentir por cualquier medio artificial.
#5 Las experiencias en el campo y en parajes naturales nos hacen más creativos
Puede parecer exagerado, y sin embargo se trata de una consecuencia natural que surge de tener una conexión especial e interesante con los reinos de la naturaleza y con nuestro propio cuerpo. Resulta que al estar fuera de nuestra zona de confort y en un entorno desconocido, nuestra mente naturalmente trabaja más duro para que nos sintamos tranquilos, gracias a lo cual aprendemos a acomodarnos, a organizarnos y a resolver problemas. Y es a través de estas conexiones químicas que nos sentimos más positivos y alegres, nutriéndose así nuestras habilidades creativas, nuestra capacidad de perseverar y nuestra seguridad en nosotros mismos.
Hoy en día, cuando muchos corren únicamente tras el logrodel éxito material y la riqueza, ¿Qué tal si somos un poco diferentes y nos concentramos en nuestro propio bienestar? Un bienestar que implica a todos los ámbitos de nuestro ser, que apunta al cultivo de una prosperidad más amplia e integral como seres humanos, que involucra además el contacto real con nuestra naturaleza, la que somos y la que habitamos… ¿Quién sabe?… Quizá podríamos terminar inspirando a otros a viajar y a aventurarse en las montañas.
Natalia Tierra
2021
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